AUTORES DEL BLOG

AUTORES DEL BLOG : Miguel Bonavota / Belen Montero del Rio / Chantal Roca Utrera

Baldosas rotas

Escribía Mario Benedetti:
  Después de todo qué complicado es el amor breve 
y en cambio qué sencillo el largo amor
digamos que éste no precisa barricadas
contra el tiempo ni contra el destiempo


ni se enreda en fervores a plazo fijo.


Baldosas rotas
Doblaste la esquina y te fuiste
así nomás, sin ningún reproche
dejando atrás migajas de hielo
y un campo minado de noches.
Y mis calles se dolieron aterradas
los árboles secaron sus hojas
se inclinaron ciegas las farolas
y mis pies, pisaron baldosas rotas.
Un policía atracaba al cielo
el mar imploraba ser desierto
la fuente jubilosa manaba fango
y el cementerio liberaba a sus muertos.
El caos entró por diques abiertos
esta ciudad dejaba de ser mía!!
no podía ser que te perdiera
y el pánico, abrazó mis versos.
La angustia pactó con la tristeza
ambas, plantaron su huelga
dijeron, hoy volvemos al trabajo
y se presentaron en mi tienda.
Las flores perdieron sus enigmas
y la osadía se burló del viento
ah! que será de mí si no te pienso,
si no me piensas y tus besos pierdo.
Ya no hay ecos de tu voz de terciopelo,
un paso adelante dio el feroz silencio,
una espada veo  de duro acero,

con ella cayeron las puertas del cielo.     

Miguel Bonavota.

Prefiero que no me hable

Uno mira hacia atrás y ve aquella casa de su niñez. Emergen imágenes  como el patio y aquel inmenso árbol que regalaba su gran sombra. La puerta de doble hoja que siempre estaba despintada, los vecinos reunidos por las noches con sus sillas en la vereda... Sin embargo, los años y el ineludible progreso cambian lentamente las cosas. Ahora alguien te dice que un Banco a derribado esa casa y ha colocado su sucursal número cuarenta y tres.

Prefiero que no me hable
Prefiero que no me hable,
de la muerte y mi casa vieja,
de paredes insomnes
puertas y almohadas frías
del patio, con su cielo inmóvil
privado de atardeceres
primaveras y flores,
y la gran encina engreída,
¿qué diría el gran árbol?,
tanta sombra y prodigio
raíces, ramas y hojas
que  no hablan de promesas
tampoco de sonrisas cálidas, y
noches oscuras,
que el candil deshacía.

Prefiero que no me hable,
de aquel picador de bronce
que hace años han robado,
de ilustres espejos y
puertas de plata, ahora
bajo de sombras
que la soledad derrama.

Y las noches de brisas cálidas
ya nadie se sienta en las veredas,
ahora sin baldosas rotas,
hasta los perros prefieren
la solidaridad de otras calles.

Con la vieja arrogancia
de nuevas alcantarillas,
el pronóstico es la muerte
del río alegre que la lluvia convertía
y de esta aventura de vivir,
no hay niños ni pasados
navegando barquitos de papel.

Prefiero que no me hable,
que nadie canta bajo la lluvia,
sin risas sin farolas tímidas
sin una lágrima a tiempo,
con los suspiros anónimos
y el enigma desvelado
ya no crecen los sueños,
menos aún las fantasías.

El progreso está de cacería
despliega redes, captura epílogos,
reclama nostalgias,
cuántas noches habrá gastado la vida,
cuando la incondicional memoria olvida.

Prefiero que no me hable,
del baldío donde jugábamos,
dónde han plantado con orgullo
la -sucursal cuarenta y tres-
sin treguas sin lágrimas
sin afectos y desafectos,
después de todo,
el futuro no hace pactos
levanta secretos de sumarios
y tira piedritas al río seco.

La muerte desgarra mi casa vieja,
desentona en noches estrelladas,
su tiempo ahora es un instante,
un descaro para los otros inmortales,
un oasis de defectos, una tara del progreso
para el vecino Banco,
-sucursal cuarenta y tres-
que le hace guiños y quiere derribarla.

La culpa será de mi  viejo árbol,
que se ha secado, y luego lo han cortado.

Miguel Bonavota

El saber ocupa lugar


El saber ocupa lugar
menos para el amor
donde todo
es obvio y claro
si uno sabe,
si el otro sabe,
y uno del otro
se saben
juntos y cautivos.

Sin embargo,
desunidos,
la mirada del otro
no se entiende,
el desamor y frío
se saben
uno del otro
del mismo modo
extrañamente

también cautivos.

Mi otra ciudad


Mi otra ciudad
¿Será este sitio?
¿aquí, donde he clavado raíces blandas?
parece que todo menos valga,
que tres sílabas del destino.

Ahora que conozco otras lluvias,
otras calles, otras luces y esquinas,
el asfalto de la ciudad en madrugada,
soledades distintas en noches umbrías.

Mi rosa blanca ha caído,
y han caído mis sueños,
por este arraigo efímero,
ahora, bajo faroles negros.

Mi otra ciudad, esa fué
te lo digo, esa es,
que bajo aquel cielo
nunca pude abandonar.

Mi otra ciudad, donde nací,
dónde calaron olvidados amoríos
y mis árboles tiernos, ahora viejos
y la lluvia, que mi calle convertía en río.

Ya sé fugaz olvido, ya sé,
que mi casa, mi calle y aquel viejo sauce,
ya no existen, eso han dicho, que
hasta el viento parece inmóvil.

Voy aceptar las reglas del juego,
del encanto del varado sueño,
gota a gota será las lágrimas del sereno
quién empañe el reflejo de mi viejo espejo.
Voy a ser árbol y ese orgullo quieto, pero
de tanto en tanto tengo miedo,
porque hasta una cerilla distraída,

puede encender los recuerdos.

El cielo caído


El cielo caído
Sabía que podía verte
pero no supe decidirme
porque el hormigueo
de mi pecho al pronto,
sabiendo tu desinterés
pasito a pasito se hizo dolor
mas luego el destino fue cruel
y te encontré en la primera puerta,
¿que ha pasado con mis versos
ya no son ni existen para vos?
y mis ojos esperan su respuesta
pero no pregunté en voz alta
y claro, no se entiende
porque ya no nos entendemos
y tu soñado beso se fue indiferente
hacia el río sin rastros ni huellas
y aunque me invada la tristeza
dejaré de quererte
no te preocupes dije
dejaré de quererte
aunque
yo si me preocupe
ante tan lamentable mentira,
a partir de ahora te prometería

…….. solo estar triste

Miguel Bonavota

Por ti


Por ti
Ahora que ya fuiste,
juego de suspiros
sin horas, sin destino
sin el fácil olvido
y el misterio de tus labios.

Habito en la arena
con los ojos cerrados
en esa vuelta del río
dónde en su orilla descubrimos
entre olmos testigos
la más intensa pasión.
En la sombra como coros
mi jadeo y tu fuego
esperan en aquel rincón,
un rincón de la memoria
clavado en recuerdo,
como si fuera una canción
Ahora que el río corre triste
huérfano de miradas,
daría su apenada pena
para que tú esencia
entre la luna y el agua
acaricie mi soledad.
Por ti, historia de amor
dejo un libro
en páginas blancas,
acaso el destino selle
estas inútiles palabras.



Miguel Bonavota

UN QUIZAS

Yerra la vista
oasis confiscado
cauta es la noche
y se hace notar,
Sombra que alberga en penumbra
luz tenue poco brilla
lánguida muere,
se atiza…
torna y resplandece,
sin más…
Donde quedó la equidad?
Ojo que aguarda,
con ansia la esperanza,
adquiere, encuentra
embustes y patrañas
se pagan con frialdad
los tinglados y enredos
con equilibrio, sosiego…
manos francas que palpan
Bruma que envuelve, arrastra
Firme a los principios…
y un quizás…

Belen Montero del Rio

Vocablos

Sin más perjuicio se arrojan,
brotan, sin aprensión,
Salen, se expanden,
Sonoras turban, aturden
sin consideración,
un jarro de agua fría,
al frente queda blanca
alguna faz aludida,
que asombrada y aturdida
le golpea la verdad
y las palabras…
quebrantadas, doloridas
sin más se parten
a las dos partes…
duele la sinceridad
que bien destroza u origina
la verdadera amistad…

Belen Montero del Rio